El arte pictórico consta de dos particularidades que lo
conforman : lo formal y el contenido, o como dice en el texto: “la capacidad
imitativa de las formas y los colores”
Antes de descifrar que formas son las que representa el
cuadro, el espectador experimenta sensaciones gracias al ordenamiento de los
colores, de la luz y de las sombras, esto es a lo que el autor le denomina “la
música del cuadro”.
“Cuando se entra en una catedral y aún se encuentra uno
demasiado alejado de él para poder captar su contenido, a menudo ya se es
cautivo de esta armonía mágica.” (Delacroix).
Esa mancha de color que es lo que impresiona al espectador
la encontramos en los primeros planteamientos de una obra, es decir en los
bocetos, el principio de la obra, donde la síntesis expresa la totalidad.
En el arte antiguo y medieval los medios artísticos son a
partir de un contenido que se busca enaltecer, en el arte moderno esto cambia
ya que el medio artístico adquiere una existencia propia, independiente del
tema.
Hegel cometa al respecto “Pero esta magia de la luz también
puede hacerse valer en última instancia tan preponderantemente, que el
contenido de la representación se vuelva indiferente y así la pintura,
sumergida en el mero aroma y la magia de sus tonos cromáticos y de sus
oposiciones y armonías lúdicas y resplandecientes… comience a transformarse en
música.”
En cuanto a la representación ¿Qué tan precisa puede ser la
imagen imitativa cuando se materializa en el lienzo? Schiller comenta que el
objeto representado ya no esta determinado por el objeto real, sino que se
imprime en este la presencia del representador. Sólo se puede hablar de una
libre representación cuando en la naturaleza de lo representado no esta
presente la del representador.
Esta representación es una mera ilusión de la realidad la
cual se percibe a una determinada distancia ya que al acercarte lo suficiente a
la obra de puede percibir la materia pictórica que lo conforma, convirtiéndose
en una superficie cubierta de colores, que responden a un determinado orden.
Esto quiere decir que las pinceladas son ambivalentes ya que
pueden referirse a algo concreto pero al mismo tiempo diferenciarse de ello.
Esto nos confirma que la expresión pictórica representa un
objeto, pero al mismo tiempo se representa a ella misma.
Desde el sigo XVII al XIX esta confirmación de la autonomía
de la pintura se ve reflejada en la representación de asuntos transitorios
intentando registrar lo inasible, lo ilimitado y lo inconstante especialmente
en la pintura paisajística, ya que esta contiene las características antes
mencionadas.
Se renuncia al perfeccionamiento proclamado por los
clasicistas y se aferran cada ves más a su principio creativo donde las formas
confusas se hacen ver, y el cuadro concluido queda cada ves más inconcluso.
Es así como la mancha se sitúa por encima del contenido
objetivo. Llegando al movimiento del s, XIX: El Impresionismo que apostaba por
la espontaneidad de la pincelada.
Manet, Monet, Pissarro y Sisley fueron los principales
defensores del nuevo estilo pictórico.
Lo que convierte a los expresionistas en precursores de las
vanguardias posteriores son dos factores una es “lo provisional” de su
pincelada, esto significa que lo dejaron inconcluso para nuevas
interpretaciones y en segundo lugar fue que sus propuestas no fueron fijadas ni
establecidas.
Los impresionistas pretendían imprimir en el lienzo lo que
surge del acto visual espontáneo, una impresión de nuestro alrededor, donde la
inocencia y la inmediatez son factores importantes. Los objetos se convierten
en la suma de estímulos cromáticos. Estas características fueron insuficientes
a los ojos de sus contemporáneos clasificando su trabajo como inacabado e
ilegible.
La intensión de los impresionistas fue buscar el ideal de la
“inocencia del ojo” la cual no pretende basarse en ninguna experiencia.
Los colores no son los correspondientes a los objetos, ya
que estos artistas tratan de capturar los colores perpetuamente cambiantes a
través de una pincelada corta que forma estructuras rítmicas.
Kandinsky experimentó
esta transformación de la ausencia de la figura ante la obra de los Alimares de
Monet “Que aquello fuera un montón de heno lo sabía por el catálogo. Pero no
era capaz de reconocerlo. Esta falta de reconocimiento me resultó dolorosa. … Y
noté con asombro y desconcierto que la imagen no sólo cautivaba, sino que
incluso se grababa indeleblemente en la memoria. …Pero lo que me quedó
completamente claro fue la fuerza jamás sospechada, y que hasta entonces había
permanecido oculta para mi, de la paleta; esta fuerza sobrepaso todos mis
sueños.”
Su propósito es atrapar el espectáculo cambiante e
imprevisible de lo atmosférico en todos sus matices, esto permitió que los
objetos se transformaran unos en otro, se borró las distancias entre el primer
plano y el fondo, los límites entre el cielo y la tierra, los objetos y sus
sombras. La atmósfera de color es el continuo universal.
Lo esbozado se presenta como algo definitivo.
“Una
mujer con un perro”, Renoir
También Renoir pretende la disolución de las formas, creando
un universo donde la atmósfera y los objetos forman un todo.
Goethe distingue de estas formas pictóricas la sinceridad de
copiar sin reservas la imagen que produce la impresión, que no pretende
corregir lo natural a través de lo artificial.
Es a partir de este movimiento que surgen artistas con
nuevos planteamientos influenciados por el impulso de cambiar las reglas y ver
desde un punto de vista distinto.
Uno ejemplo de esto es Seurat, este pintor sistematizó y
racionalizó la técnica de la pincelada impresionista parecida a la coma, hasta
llegar al punto. Surgiendo un nuevo concepto llamado neoimpresionismo.
"Tarde de domingo en la isla de Grande Jatte" Seurat.
Puntillismo, fue el término que más gráficamente presenta la
novedad de este lenguaje formal. Estos breves y nerviosos puntitos sugieren una
movilidad ligera y ágil; mostraba la marca de la improvisación y dejaba ver
impulsos en una determinada dirección, generalmente en diagonal. Estos se
yuxtaponen y sobreponen unos a otros sumándose cuidadosamente.
Las figuras de Seurat aparecen como petrificadas,
inmortalizando la imagen de la naturaleza, al contrario de los impresionistas
que nos mostraban la fugacidad del tiempo.
Este pintor se sirve de argumentos científicos para lograr
definir el color a través de la mezcla óptica, logrando una absoluta nitidez en
la imagen, de ahí procede esta realidad encantada.
Este tejido de puntos de color logramos ver una textura que
nos remite a las formas clásicas, consiguiendo una síntesis
histórico-artística.
Los maestros de la forma lineal acabada debieron influenciar
a Seurat en el hecho de dar a su arte la tendencia a la solemnidad y la
inmovilidad. Estos rasgos también recuerdan a las pinturas de Egipto.
El carácter
clásico de su proceso formal también se hace presente en el arduo trabajo antes
de la realización de la obra como son los innumerables esbozos, y estudios
preliminares.
Seurat no solo consigue una formula valido para la
constitución celular del color sino también lo halló para la geometría de la
estructura de la imagen.
Seurat se preocupa por encontrar en el ámbito de las
sensaciones una correspondencia para su composición pictórica. Paul Gauguin
también busca lo mismo: caminos para superar el contenido visible de la
realidad y expresar con la línea y
el color realidades internas. El abandono de los datos percibidos
(impresionismo) pero buscando de esta manera realidades profundas e
universales.
Gauguin reconoce que en el pasado hay síntomas de un
extravío de la pintura. Lo que estos sigo han oprimido el quiere liberarlo de
nuevo: la impetuosidad original del artista, el instinto, la fuerza
imaginativa.
A lo impresionista Gauguin les recrimina superficialidad, ya
que solo buscan hasta donde llega la vista y no en el centro enigmático del
pensamiento.
Este pintor se basa en las concepciones de la
desmaterialización y la
espiritualización de la imagen, su lenguaje formal queda marcado por la línea
de fluidez continua.
Esta en contra de las formas artistas que reivindican la
superioridad espiritual y política, y busca refugio en las formas de vida y de
arte despreciadas por la arrogancia europea. Fue en busca de lugares
estéticamente vírgenes, los encuentra en los paisajes de la Bretaña y mas tarde
en la exuberancia tropical del Pacífico meridional, su anhelo era arraigarse
fuera de la civilización.
Quería volver a reconciliar la vida con el arte, devolver a
ambos el poder original de la consumación del instinto.
Su propósito fue liberar al arte de los sistemas dogmáticos
de las escuelas y academias, para devolverle la dignidad al acto creativo elemental. Creyó que esta
curación solo podía venir del arte primitivo.
Pretendió liberar el concepto de arte de la estreches y
presunción del gusto europeo y abrirle espacios al arte mundial. Es asi como
desde este enfoque se plantea el “arte europeo”.
Gauguin
Gauguin reconoce que la simplificación exige un contorno
sólido y sintético, esto corresponde a la renuncia del modelado y del dibujo
interior en pequeñas partes. No pinta los tonos locales, sino que da a sus
figuras la intensidad cromática que poseen en su imaginación. Ya no es un
detalle de la realidad; se transforma en una parábola, en la correspondencia
expresiva de un pensamiento.
Se le atribuyó la etiqueta de simbolista, por su afán de
buscar lo auténtico y esencial detrás de las formas externas.
Pero hay que aclarar que en todas partes, tanto en lo
elevado como en lo ordinario, está contenido el ser humano. Ningún individuo ni
ninguna acción pueden carecer de significado.
Al negarse a copiar la naturaleza exterior, cree poder tomar
posesión de sus fuerzas internas. En una carta dirigida a Fontainas en 1899
escribe: “en el papel musical que e color representará a partir de ahora en la
pintura moderna. Es vibración al igual que la música, y tiene la capacidad,
partiendo de lo mas indefinido, de alcanzar lo más universal de la naturaleza:
su fuerza interior.”
La convicción, según la cual el artista actúa de acuerdo con
la naturaleza y está llamado a ser el ejecutor formal de sus fuerzas
interiores, no es nueva, pues se remonta al siglo XVIII. Lo nuevo es más bien
que se acople con el derecho al distanciamiento del natural y con la renuncia a
la imitación de la naturaleza.
"Mujeres de Tahití" Gauguin
Guguin es
conciente de que sus formas rudimentarias no solo atentan contra la habilidad
de los impresionistas, sino también contra la aplicada perfección de los
pintores de salón, y sabe que el endurecimiento y la barbarización de las
formas reducen la legibilidad de los cuadros, pero esto esta unido a sus
intenciones. No esta queriendo dar precisamente un registro de los objetos, sino
que lo que pretende es expresar lo infinito.
Donde se abandona la descripción, se libera la fuerza
imaginativa. El observador puede actuar del mismo modo que el artista creador,
se le invita a dejarse ir por el mundo de los sueños y a confiar en el inconciente.
El 20 de Octubre de 1888, Gauguin visitó a Van Gogh, de este
encuentro surgió el “sintetismo”, que marca un nuevo capítulo en la historia
del arte.
La colaboración que mantuvieron durante dos meses se
manifestó en una mutua influencia.
El simbolismo se hace presente de una forma clara en la obra
de Van Gogh, una imagen portadora de significados y alusiones de lo que está
más allá y detrás de las cosas (la vida, los sentimientos, lo recóndito).
Los objetos de sus naturalezas muertas, reflejan vivencias
humanas.
Van Gogh
No es la simple reproducción de un mundo perceptible, sino
un realismo rítmicamente animado, que no se detiene en la enumeración de los
detalles.
Para Van Gogh el arte significaba más que un mero pintar
cuadros para comerciantes de arte y exposiciones. El mismo comenta “Sentir las
cosas mismas, la realidad, es más importante que sentir los cuadros, al menos
es mas fructífero y vivificante”
Van Gogh representa la realidad, pero la muestra a través de
sus ojos y esto se relaciona con la tesis de Coubert que dice que el artista
solo puede pintar lo que ve, pero a mismo tiempo puede reconocerse el propósito
de una apropiación de la realidad, religiosamente intensificada y que llega a
conexiones simbólicas.
Van Gogh rechaza dos cosas del clasicismo: la elección
tradicional de los temas y el reglamento lingüístico convencional, emitido por
las academias.“En cierto modo estoy contento de no haber aprehendido a
pintar” escribe en 1888 a su hermano. Él sitúa al alma como auténtica fuente
del acto creativo.
En este sentido Van Gogh y Gauguin se relacionan ya que
abogan por un arte primitivo, libre de toda influencia académica, pero Gauguin
se sirve de referencias histórico-artísticas y Van Gogh buscaba no un estilo
sino lograr una transmisión directa.
El color también lo modificaba arbitrariamente lo que lo
ayudaba a expresarse intensamente. “El color expresa algo por sí mismo” (Van
Gogh) Esta inclinación hacia la exageración lo aleja de la técnica calculada y
meditada de Seurat.
El campesino, Van Gogh
Van Gogh no utiliza la línea moderadamente, sino que la dota
de una violencia volcánica, logrando una vibración que late en todo el cuerpo
pictórico, comenta lo siguiente acerca de este cuadro: “situé al hombre
terrible e pleno ardor de la cosecha y en plena luz del medio día. De ahí los
relámpagos anaranjados como fuego rojo. Por eso los tonos de oro viejo, que
brillan en las tinieblas.
Van
Gogh - Paisaje en Drenthe, 1883
Los paisajes de Van Gogh parecen revueltos y agitados por
sacudidas, sus obras son todo movimiento. Abandona la legibilidad figurativa “Y
entonces incluso me preocupo de no hacer ningún detalle, porque si no se pierde
lo onírico” “Cuando mi hermano me preguntó ¿Pero esto qué es, hierba o carbón?,
le respondo: ¡Esto me alegra, que no podáis distinguirlo!”(Carta a Rappard,
1883, Van Gogh). Esta cita muestra que Van Gogh intentaba ya liberar al
contenido formal de sus obligaciones.
Lo que le importaba era extremar arbitrariamente las
impresiones sensoriales, impregnadas de expresión, alma y sentimiento, realzar
lo típico de lo excepcional, lo simbólico, lo esencial de lo casual. Ene ste
sentido fue, aún más que Gauguin, un precursor del expresionismo.
Paul Cezanne
Cezanne (1839-1906), este pintor se encontró con el
impresionismo en el momento de su nacimiento, perteneció al círculo de jóvenes
pintores que se agrupó en torno a Monet a principios de los años sesenta.
A finales de los años setenta se separa del círculo de los
impresionistas y emprende su propio camino viviendo retirado en la Provenza.
Él afirma ser realista, pero no en el sentido tradicional en
el cual los detalles conforman las formas, sino uno que despierta el “heroismo
de la realidad”. Su intención es solidificar las impresiones huidizas de la
realidad, de conceder a la forma el derecho a la concreción y a la
sintetización.
Cezanne afirma: “No existe ninguna linea, no existe ningún
modelado, sólo hay contrastes. Pero los contrastes no son entre blanco y negro,
sino movimientos de colores.” Esta necesidad se materializa en sus obras en
forma de planos que se encadenan entre sí, a estos Badt los llama “formas de
color”.
Still Life with
Apples, Cezanne.
Sus cuadros son
impresionistas en la microestructura del tejido pictórico y en el colorido luminoso
de la paleta. Pero las diferencias que anuncian la singularidad de Cezanne son
claras: la pincelada hace sentir la ausencia de lo espiritual, lefalta lo
tierno, la aplicación despreocupada de la capa de pintura que encontramos en
Monet. En vez de vibrar alegremente sobre el lienzo, se ordenan en
disposiciones verticales, horizontales o en diagonal. No son reflejos espontáneos,
sino una reflexión constructiva, aplicadas de un modo uniforme.
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