miércoles, 31 de octubre de 2012

Análisis de la obra de Mario Martínez a partir del texto "El arte como experiencia" de John Dewey



 A partir de la lectura “El arte como experiencia” de John Dewey, generaré un análisis comparativo con la obra de Mario Martínez, artista Mexicano recién egresado de la Universidad de las Américas Puebla.

 En primer lugar me interesa dejar claro qué es la experiencia para Dewey a través de los siguientes puntos importantes del texto.

 - La experiencia es algo que ocurre continuamente ya que la interacción de la persona con diversos factores de su entorno es parte del cotidiano de la vida.

- La experiencia se califica o se marca por emociones negativas o positivas.

- Hay ocasiones en que se experimentan cosas pero no necesariamente conforman una verdadera experiencia.

- Las experiencias que se integran a la conciencia del humano se caracterizan por que se terminan, se cumplen. Por ejemplo cuando se consuma un libro, llevando con ella su propia cualidad individualizadora, esto es una experiencia.

- Las experiencias son historias que tienen su propio argumento, su propio principio y su propio movimiento que lleva a un fin. Estas pueden ser algo de gran importancia o algo ligero.

- Una experiencia esta conformada por varias partes que fluyen sin dejar vacíos, conformando un todo.

- En la obra de arte diferentes actos, episodios y situaciones se funden y se mezclan en una unidad. Esta unidad se hace presente cuando a una experiencia se le nombra: esa tempestad, esa fiesta.

- Una experiencia de pensamiento es aquella de la cual sacamos una conclusión, la cual no esta separada de la experiencia sino que es la consumación de un movimiento.

- La experiencia, como observar una tempestad tiene momentos cúspide y luego decaen.

- La experiencia que nos ofrece la obra de arte es una conclusión intelectual a partir de signos o símbolos, que al concluirse tiene una cualidad emocional satisfactoria porque posee una integración interna y una conclusión.  La estructura artística puede ser inmediatamente sentida, es decir es estética.

- Ninguna actividad intelectual conforma una experiencia a menos que “lo estético” lo complete.

- En cada experiencia hay un elemento de padecimiento, ya que incorporar algo implica una reconstrucción que puede ser dolorosa.

- La experiencia es emocional, pero no hay en ella cosas separadas llamadas emociones, estas están unidas a acontecimientos en movimiento. Por ejemplo cuando nos ruborizamos por vergüenza, en este caso la vergüenza no es un estado emocional, no es nada más que un reflejo automático. Para convertirse en emoción debe formar parte de una situación duradera. Un salto por temor, se convierte en temor emocional cuando se piensa que existe un objeto amenazante del cual tenemos que escapar.

- La emoción es una fuerza móvil que tiñe con su color una experiencia, unificando sus partes variadas.

- Cada experiencia es una interacción entre una criatura viviente y algún aspecto del mundo en que vive, esta interacción constituye la experiencia total obtenida y la terminación que la completa es la constitución de una armonía.

- Poner una mano en el fuego no es una experiencia, ya que la acción y su consecuencia deben estar juntas en la percepción. Esta relación es la que da el significado; captarla es el objetivo de toda inteligencia.

- La experiencia esta limitada por interferencias de la percepción entre las relaciones del hacer y el padecer. Estas interferencias se pueden crear por el exceso ya sea del hacer o del padecer logrando un desequilibrio. Este desequilibrio mancha la percepción de las relaciones, dejando la experiencia incompleta o deformada, con un falso significado.

 - Actualmente en este mundo apresurado e impaciente en el que vivimos el anhelo de acción deja a las personas con experiencias superfluas y pequeñas. Con tal prisa por hacer las cosas ninguna experiencia llega a completarse.

- La percepción de la relación entre lo que se hace y lo que se padece constituye el trabajo del artista para controlar el proceso de su obra, captando la conexión entre lo que ya ha hecho y lo que debe hacer después. Esto es de gran importancia ya que si no fuera así no estaría consciente del estado en el que se encuentra su trabajo.

- La inteligencia esta implícita en la habilidad de relacionar con la que trabajan los artistas.

- Lo estético no es un intrusión ajena a la experiencia, sino que es el desarrollo clarificado de los rasgos que pertenecen a una experiencia completa.

- No existe ninguna palabra que incluya el significado de “artístico” y “estético”, la primera refiere al acto de producción, y el segundo al de percepción y goce. Algunas veces se suele separarlos y decir que ya que el arte es un proceso de creación, la percepción y el goce no tienen nada en común con el acto creador.

- Para ser verdaderamente artística una obra, debe ser estética, es decir, hecha para ser gozada en la percepción receptiva. La observación constante es necesaria para el artista, mientras está produciendo, pero si su percepción no es también de naturaleza estética, se trata de un reconocimiento incoloro y frío de lo que ha hecho, que usa como estímulo para el siguiente paso en un proceso esencialmente mecánico.

- En suma el arte en su forma, une la misma relación entre hacer y padecer, entre la energía que va y la que viene, y esto hace que la experiencia sea una experiencia.

- El hacer y elaborar es artístico cuando se ha controlado la producción. El acto de producir dirigido por el intento de producir algo que se goza en la experiencia inmediata de la percepción, posee cualidades que no tiene la actividad espontánea y sin control.

- El artista mientras trabaja encarna en sí mismo la actitud del que percibe.

- Se ve entonces que la experiencia estética (en su sentido limitado) está conectada de modo inherente a la experiencia de hacer.

- La satisfacción sensible del ojo y del oído, cuando es estética, no lo es por si misma, sino que esta liga a la actividad de la cual es su consecuencia.

- Hasta que el artista no se siente satisfecho en la percepción de lo que ha realizado, continua modelando y remodelando. La elaboración llega a su fin cuando su resultado se experimenta como bueno, y esa experiencia no proviene de un simple juicio intelectual y externo, sino de la percepción directa.

- La expresión es emocional y está guiada por un propósito.

- Entre la relación de lo hecho y lo padecido existe un espacio donde surge una anticipación de lo que va a venir, es un nexo del acto siguiente. Lo hecho y lo padecido son recíprocos, acumulativos y continuamente instrumentos uno del otro.

- Si el artista no perfecciona una nueva visión en el proceso de elaboración, actúa mecánicamente y repite algún viejo modelo impreso en su mente.

- Hay ocasiones en las que la captación de la idea dominante se debilita y entonces el artista se mueve inconscientemente, hasta que su pensamiento se vuelve fuerte otra vez. El trabajo real de un artista consiste en construir una experiencia coherente en la percepción, mientras se mueve cambiando constantemente en su desarrollo.

- No es tan fácil en el caso del espectador, entender la unión íntima entre el hacer y el padecer, como en el caso del productor. Solemos suponer que el espectador asimila tan sólo lo que está concluido, y no advertimos que este asimilar implica actividades comparables a las del creador. Sin embargo receptividad no es pasividad. Es también un proceso que consiste en una serie de actos de respuesta que se acumulan, hasta llegar a la satisfacción objetiva. De otra manera no es percepción, sino reconocimiento, y la diferencia entre las dos es inmensa. El reconocimiento es una percepción detenida antes de que tenga oportunidad de desarrollarse libremente. En el reconocimiento caemos, como en un estereotipo, sobre un esquema previamente formado.

- La percepción reemplaza al reconocimiento. Para percibir, un contemplador debe crear su propia experiencia.

 Podemos concluir que la experiencia con todas sus características se relaciona de forma importante con la producción artística.

 Para ejemplificar esto me serviré de la obra del artista Mario Martínez, concentrándome en algunas de ellas, las cuales son:

Nowhere

 Es un juego entre el "ahora aquí" y "ninguna parte". Viene
a partir de la idea de activar espacios haciendo uso del aquí
y ahora, un tiempo y un espacio en el supuesto de que sean
espacios no utilizados. Al igual que la metáfora del árbol en el bosque, si
se cae y no hay nadie alrededor para escucharlo, ¿suena todavía?


Los espacios que se activan por nuestra ocupación ocasional.




Baldío


Luz de neón montado en la pared. Esta obra explora la idea de trozos de tierra sin uso (muy común en Cholula, México) y cómo se supone que esta tierra es un desperdicio.
La interacción entre el que habita el espacio, y lo que es creado en el proceso de un espacio convirtiéndose en un lugar.

El verdadero baldío no son estos lugares, que al final crean muchas cosas, sino los lugares asépticos como las galerías.

Investigación acerca del espacio, a través de escalas. (bocetos)

Segunda escala


La tercera escala se pretende hacer a gran escala como escultura arquitectónica.


La obra de Mario Martínez, se basa en la propia experiencia del estar presente ante el espacio y ante los objetos de la vida cotidiana, él comenta que su gran altura (1.95cm) lo ha llevado a lo largo de su vida a experimentar factores particulares al salir de la media de la estatura de los mexicanos promedio.
 Al momento de realizar la entrevista me llamó la atención que Mario estaba sentado en una silla hecha por el, de dimensiones específicas para sus necesidades, y me comentaba lo incómodo que era que el tamaño estándar de las sillas fueran pequeñas para él, al igual que los asientos de los transportes públicos y demás situaciones a las que se había enfrentado por sus dimensiones. Realizar sus propios muebles parece la mejor forma de solucionar el problema.
 El escultor Hersúa con quien mas adelante comparé su trabajo con el de Mario comenta en su ensayo “El antiespacio” lo siguiente: “Todo hombre, al igual que los objetos requiere de un tamaño especial, que a su ves crea necesidades o satisfactores. Mientras que “el objeto” es “algo”, el hombre busca ser “alguien”, en un espacio y tiempo, para saberse más, y es en los antiespacios donde se refleja el grado de conocimiento adquirido o su preocupación por adquirirlo”.  
 Son estas interacciones cotidianas de las que Dewey nos habla cuando dice que la experiencia es algo que ocurre continuamente en la relación del hombre y su entorno.
 Mario nos habla de esta experiencia como un factor primordial en su obra. Considero que este evento en particular de su vida, es una experiencia ya que ha sido un factor repetitivo en su vida y eso le ha permitido interiorizarlo y analizarlo para descargarlo y materializarlo en esculturas.
 Mario comenta: “realmente no hay una división entre el trabajo artístico y la vida”. Esta frase me remite a como Dewey menciona que la vida al igual que el arte son experiencias interiorizadas. Es de eso de lo que trata el arte, de nuestras experiencias coloreadas por un sentimiento y posteriormente se vuelve una expresión material o real.
 En este punto podemos hacer una clara comparación con el modelo de Peirce que habla de la creatividad artística.
 La primeridad en este caso, son los acontecimientos que suceden en lo cotidiano a través de la relaciones del hombre y su entorno, las cuales se registran en nuestra mente con un sentimiento que las caracteriza, pero se quedan en puro “hacer” en una idea de lo que tu eres en el mundo. En el caso particular de Mario, serian sucesos relacionados a no caber en espacios estándar por causa de su inusual altura.
 La segundidad esta presente en el momento en que Mario lo empieza a analizar y hacer consientes estos sucesos, a darse cuenta que no sólo son accidentes que se quedan en su mente, sino que los usa como pretexto, los vuelve su propósito para observar cuidadosamente el funcionamiento del mundo que lo rodea, haciendo fotografías, escribiendo etc.. En este punto es cuando el “hacer” se vuelve “padecer” ya que estos eventos dejan de ser accidentales y se vuelven una forma de ver el mundo.
 Esta forma de ver el mundo se vuelve terceridad cuando Mario tiene la necesidad de compartir su propia experiencia del entorno con la demás gente. Para esto necesita usar símbolos comunes para la sociedad, formas comunes para así transmitir correctamente su propósito.
 La estrategia de la que Mario se sirve para comunicar es que la obra te ofrece algunas pistas para que el espectador tenga varias opciones de acceder a la obra, comenta lo siguiente: “No creo en la obviedad de las cosas, creo en la articulación del sentido por debajo del objeto”. Esta estrategia en particular, (que es el ámbito de la terceridad) nos habla de los significantes varios que pueda tener una obra, también haciendo presente que el público tiene características distintas y por eso no todos lo percibirán de la misma forma.
 Dewey comenta que el espectador realiza una acción creadora parecida a la del artista, ya que al reconocer una pieza surge en él un proceso que consiste en una serie de actos de respuesta que se acumulan, hasta llegar a la satisfacción objetiva. De otra manera no es percepción, sino reconocimiento.
Mario es consciente de esto, y le interesa que el espectador juegue el papel de creador al no darle digerida la obra, él comenta respecto a esto: “Prefiero reservarme de la información específica de la obra, muchas veces el espectador termina mejor la obra que yo”.
 Para Mario un público estrella para contemplar su obra es “aquel que no tiene expectativas frente a al objeto, aquel que no viene viciado por un entendimiento previo”. Por esto podemos concluir que Mario busca producir obra que genere una experiencia en el público, invitar a que el espectador tenga una presencia activa ante la obra.
 Su última obra por ejemplo, consiste en realizar volúmenes abstractos con el fin de que éstos refieran a objetos de uso común, estos podrían ser un banco, o una silla, etc.. buscando que el espectador busque una relación con estos objetos.
 En especial su propósito es generar una experiencia del espacio, ya que este está en juego constante con cualquier objeto, la escultura tiene un diálogo permanente con el espacio y para él este factor es de suma importancia.
 Heidegger menciona lo anterior de una forma mas completa: “Cuando se habla de hombre y espacio, oímos esto como si el hombre estuviera en un lado y el espacio en otro. Pero el espacio no es un enfrente del hombre, no es ni un objeto exterior, ni una vivencia interior. No hay los hombres y además el espacio.” (Heidegger, 1994, 4)
 Mario considera que la experiencia estética esta presente en la producción de la obra, aunque para él la experiencia estética se extiende a muchos aspectos más allá de arte, a la vida misma.
 “El lugar” y el “no lugar” están presentes en su obra ya que al analizar el espacio se ha encontrado con partes en desuso, es decir, que no tienen ninguna función y las llama “no lugar”.
Con su obra última donde trabaja con escalas, la de mayor escala será una pieza transitable pero no habitable ya que esa es la diferencia según Mario que separa a la escultura de la arquitectura.
 Quisiera hacer en este punto del análisis una comparación de la obra de Mario con la de el artista Hersúa, al cual se le considera uno de los escultores más importantes de Latinoamérica. Entre sus obras más destacados están:












Espacio Escultórico, UNAM 1979


Relaciono la obra de Hersúa con la de Mario, porque el primero hace un estudio sobre el Antiespacio, el cual se relaciona con el “no lugar” del que Mario habla en su obra, además de que los dos analizan el espacio.

 Citaré algunas ideas del texto “El Antiespacio” de Hersúa que me ayudarán a comprender mejor la obra de Mario a través de la experiencia.

 -          “Somos los que el espacio permitido nos permite ser y a éste, o sea al espacio, lo percibimos recurriendo a su contrario: El antiespacio”

Con esta idea Hersúa se refiere a que el espacio es tan inaprensible que es necesario concebirlo a través de lo que no es espacio, Mario busca una estrategia parecida al buscar lugares que son espacios muertos para así comprender la totalidad, acerca de esto Mario comenta lo siguiente: “estoy generando un objeto para delimitar el espacio”.

 Delimitar en este caso no es poner límites sino es donde comienza la esencia. “La frontera no es aquello en lo que termina algo, sino, como sabían ya los griegos, aquello a partir de donde algo comienza a ser lo que es.” (Heidegger, 1994, 5)

 En los dos casos el artista se sirve de la escultura no con el fin de construir ni mucho menos de representar sino que es una herramienta para comprender el espacio que ocupamos. “Hemos dejado atrás las ilusiones espaciales, estamos en el tiempo de crear nuevos espacios. Éticamente ya no nos es permitido reflejar o representar. Estamos en camino de la invención, y aquel que no lo considere así, estará al margen de la historia.” (Hersúa, 8)
 
Hersúa, Ave dos Espacio Escultórico UNAM

Otra característica que encuentro en común es que las obras de los dos artistas son transitables, lo que te hace estar presente en un tiempo determinado. El recorrido genera imágenes varias, las cuales conforman la totalidad de la escultura. Esta particularidad es lo que hace de sus obras en especial la de Hersúa una verdadera experiencia.

 “El espacio no se experimenta fuera del tiempo real”, “Durante el recuerdo de la experiencia del espacio exterior, la mente se llena de objetos y de vistas estáticas. Una serie de fotogramas sustituye la experiencia fílmica en tiempo rea” (Smithson, 1967).

-         El espacio real, siendo una existencia sin forma, lo percibimos por medio de los antiespacios, y el antiespacio es trabajable y modificable en diferentes formas espaciales; como el espacio carece de estructura, nosotros se la damos con los antiespacios, y en el momento en que colocamos el antiespacio creamos un espacio legible.”
 Con el texto anterior se clarifica cual como se lleva a cabo la relación entre escultura y espacio, factor base para la obra de Hersúa.

En la obra de Mario también es de gran importancia este aspecto en especial para la obra de las escalas.
Como conclusión considero la obra de Mario Martínez un interesante camino que es joven aún, pero a partir de mi análisis podemos ver que cumple con lo que Dewey propone como una verdadera experiencia artística.

También me doy cuenta de la gran importancia de hacer consciente el proceso creativo y todos los factores externos que lo hacen posible.


Bibliografía

HEIDEGGER, M. (1994). Construir, Habitar, Pensar. Barcelona.

SMITHSON, R. (1967). El presente continuo del espacio. Nueva York: Hawthorn Books

DEWEY, J. (1980). El arte como experiencia. Nueva York: PAIDÓS












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