jueves, 29 de noviembre de 2012

ENTRE LO REAL Y El REFLEJO, trabajo final.

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Heriberto Genis
Marisol Monroy Rocha

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Teoría del Arte III  

ENTRE LO REAL Y El REFLEJO


Entre lo real de una calle previamente escrita y delineada por ángeles,  está presente la rutina y el hastío del caminante que no puede evitar mirar la repetición de su propia realidad, del camino de asfalto, cuadrando y predecible.   

El caminante se mueve por razones que desconoce, no es conciente de que él mismo es el autor de la calle, sólo sabe que camina, su conciencia del trayecto está de más ya que su contemplación esta arraigada a la percepción de su espacio mental.

Muy rara vez el caminante es sorprendido por la calle que él escribe con cada uno de sus pasos, como aquel autor que contempla ecuánime e inmutable a su obra.

La calle no es portadora de sorpresas sino al contario, es parte de las reglas diseñadas socialmente, y que “cuidan” al peatón guiándolo por el camino donde debe ir.

La calle esta diseñada para mostrarte tu aquí y tu allá, es un escenario que te muestra donde estás parado y donde estarás en un futuro, es por esto que la calle te brinda seguridad. No es un medio de acción es un medio de paso que nos da una leve sensación de presencia, ya que nos da la capacidad de vincular un momento con el siguiente.

Edmund Husserl, comenta lo siguiente: “tanto nuestras expectativas ante el momento que está por venir, como la memoria del que acaba de pasar, forman parte de nuestro sentido del ahora”

¿Qué pasaría si el caminante tiene la experiencia de su propia presencia como visitante en el espacio que el generó.. ?

Es aquí donde surge la necesidad de generar una intervención en el espacio público que haga que el peatón (espectador) se vuelva consciente de su presencia en el espacio así como las percepciones de su entorno.

“A partir de ésta mirada que de alguna manera recae sobre mí, del fondo de este espacio virtual que está del otro lado del vidrio, vuelvo sobre mí y empiezo a poner mis ojos sobre mí mismo y a reconstituirme allí donde estoy” (Foucault, De los espacios otros)

Esta es la premisa de nuestro proyecto titulado “Entre lo real y el espejo” el cual comienza con la búsqueda de un espectador ausente y un espacio predecible, tratando de unir al espectador con el espacio y a la inversa.

Por ende se recurrió a un material que permitiera la unión de los espacios, tanto el físico como el virtual[i],  llegando a la utilización de un material reflejante que es capaz de funcionar como espejo permitiendo la unión de múltiples espacios.

 El caminante cabizbajo verá reflejado en el suelo su propia figura, así como las condiciones climáticas y espaciales de las calles poblanas que influirán en esta percepción del reflejo. Si fuera de otra forma y el espectador decidiera evitar estos reflejos de luz y de imágenes, de igual forma la intervención se activaría a partir de la negación, generando nuevos recorridos en el itinerario del caminante.

Tratando de ubicar el material en un espacio conveniente, que se prestara para la ubicación de los “espejos” sobre el suelo, elegimos una calle del centro de Puebla, teniendo en cuenta las cuadraturas creadas por el adoquín característico de ahí,  para generar una composición a partir de éstas.

La calle se eligió respecto a sus cualidades de ambulantaje en el centro de Puebla. Todos somos ambulantes en constante movimiento, todos nos movemos por condiciones conocidas o ignoradas.

El momento en el que el peatón se percata de su reflejo se vuelve conciente de su presencia, activando espacios que están más allá de lo real, ya que reflejan la realidad, pero esta realidad carece de profundidad y espacio, es solo un reflejo.

Imagina si caminas por la calle y de repente te percatas del movimiento de las nubes en el suelo, así como de tu propio movimiento a través de una realidad etérea que contrasta fuertemete con la realidad dura y gris del suelo.

Este trayecto se puede comparar con lo que John Dewey afirma que es una experiencia, ya que consta de un principio y un movimiento particular que te lleva a un fin.

 A este movimiento se le imprime un sentimiento en particular que se genera en el plano emocional ante la sorpresa de encontrar reflejos inesperados en el suelo, una mera percepción contemplativa de un presente, donde posteriormente pasa a ser apropiada a partir de la reflexión, así el espectador se percata de su protagonismo en los múltiples espacios de la ciudad y los detalles imperceptibles de un caminar rutinario.

Retomando la idea de los situacionistas en especial el hombre que está a la deriva (derivé)[ii]  en el intento de romper la cotidianeidad que nos mantiene en un letargo, se relaciona con el intento generar una sorpresa a través de los juegos de la luz,  color y la ubicación de la persona a través de reflejos instalados.

En el recorrido que se genera está presente el tiempo, ya que éste tiene una duración específica. El tiempo también se encarga de construir una relación entre pasado y futuro los cuales devienen en la generación de un presente.

El tiempo contribuye en gran medida a los cambios de las percepciones del espectador, también configura la contemplación de su reflejo y el del espacio.

“El andar afirma, sospecha, arriesga, trasgrede, respeta, etcétera.. las trayectorias que “hablan”. Todas modalidades se mueven, cambiantes paso a paso y repartidas en proporciones, en sucesiones y con intensidades que varían según los movimientos, los recorridos y los caminantes.”
(Certeau, Andares de la cuidad)

A lo largo del trayecto, el espectador construye su propio reflejo activando el propósito de la obra, a menos que el caminante se niegue a contemplar sus propias pisadas evitando ser reflejado.

“La historia comienza al ras del suelo, con los pasos. Las variedades de pasos son hechuras de espacios. Tejen los lugares. Los movimientos peatonales forma un sistema real cuya existencia le hace efectivamente a la cuidad". (Certeau, Andares de la cuidad)
Sin embargo el evitar un reflejo genera un recorrido, activando la instalación. Evitar un camino conlleva a generar otro. Con esto se pone en claro el papel del caminante como generador de un recorrido

La visón de Dios es tener un perspectiva diferente, según Certeau, donde se es capaz de contemplar la ciudad como alguien ajeno a ella. En el momento en que el peatón es capaz de visualizarse a él mismo junto con el entorno, se genera un posibilidad de visón ficticia; el espectador ordinario esta incapacitado por sus condiciones físicas a  tener una visión completa de su entorno y de sí mismo en él.

Esta intervención genera con palabras de Certeau (una visión de Dios), ya que se genera una visión alterna, se genera una mirada utópica del espacio.

Las utopías en el espacio según Foucault son los espacios que no existen como tal, son espacios virtuales que se abren a partir de un superficie bidimensional como en el caso del espejo el cual refleja una realidad virtual a partir de un plano.

“El espejo es una utopía, porque es un lugar sin lugar. En el espejo, me veo donde no estoy, en un espacio irreal que se abre virtualmente detrás de la superficie, estoy allá, allá donde no estoy, especie de sombra que me devuelve mi propia visibilidad, que me permite mirarme allá donde estoy ausente” (Foucault, De los espacios otros)

Es de esta forma que nos decidimos a experimentar en el espacio público, generando reflejos que lleven al espectador a una reflexión profunda del espacio y de su propia presencia inmediata, así como de la relación que tenemos con la ciudad la cual, sin los transeuntes esta simplemente no “es”.














[i]  Espacio virtual concepto utilizado por Foucault en el texto:  De los espacios otros. 
[ii] Derivé del francés que significa: Desviarse alguien o algo de la dirección o del camino original.

Bibliografía:

ELIASSON Olafur, Leer es respirar, es devenir, Barcelona: editorial Gustavo Gili, 2012

FOUCAULT Michel, De los espacios otros, Conferencia dicada en el Cercle des études architecturals, 14 de marzo de 1967, publicada en Architecture, Mouvement, Continuité, n 5, octubre de 1984. Traducida por Pablo Blitstein y Tadeo Lima.

CERTEAU Michel,  La invención de lo cotidiano,  Mexico, DF: Cultura libre,












  

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